Amor, mentiras y sangre: Amor en tiempos violentos

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. El segundo largometraje de la directora Rose Glass (Saint Maud) Amor, mentiras y sangre (2024) es un filme que no va a dejar indiferentes a ningún espectador. Su osadía narrativa, las temáticas que aborda, pero especialmente su inesperado y controvertido final están dividiendo las aguas entre los que aman el filme y los que lo odian. En lo personal estoy más del lado de los que lo odian, aunque valoro el riesgo asumido por la directora y su guionista Weronika Tofilska y rescato el pulso narrativo que le impone la directora en un estilo que recuerda al mejor Quentin Tarantino.

Por César Arturo Humberto Heil

Amor, mentiras y sangre es un filme intenso, retorcido y sucio, que escarba sin concesiones en diversos temas incómodos y lo hace sin dilaciones, llegando, aunque duela, hasta el hueso. Esta elección narrativa, a modo de un cirujano de emergencias, expone una variedad de temáticas de la manera más cruda.

Enrolado en el estilo de filmes “pulp”, este violento thriller toma como principal premisa al amor, y lo hace desde diversas perspectivas, dejando en claro que en el amor no todo es un lecho de rosas.  A lo largo del filme queda claro que el amor la mayoría de las veces es un verdadero torbellino de emociones encontradas, relaciones toxicas, celos y traiciones.

Jackie (Katy O’Brian) es una fisicoculturista que quiere ir a una competencia en Las Vegas con la intensión de lograr el primer puesto y ser famosa. En ese derrotero llega a Nuevo México, donde consigue trabajo temporal en un club de tiro regenteado por el enigmático Lou Sr. (Ed Harris).

Durante las noches recae en el gimnasio del pueblo donde descarga toda su testosterona ejercitándose. Allí conoce a Lou (Kristen Stewart) la encargada del gimnasio con quien inmediatamente tienen química.  Entre agujas, jeringas llenas de esteroides y sexo feroz, ambas despiertan a un amor salvaje.

Lou es hija de Lou Sr. con quien no tiene trato, lo ha cortado por algo ocurrido en el pasado. Sí tiene muy buena relación con Beth (Jena Malone) su hermana mayor, a quien ama incondicionalmente. Por eso, cuando esta es desfigurada por su violento esposo JJ (Dave Franco) su odio hacia él se intensifica al punto de querer matarlo. Este es un instante crucial en el filme, porque quien hará justicia no será Lou, sino Jackie. Esta reacción violenta y explosiva por parte de Jackie determinará el destino de ambas.

Amor mentiras y sangre mezcla lo masculino y lo femenino en una corporalidad musculosa, sudorosa y rebosante de testosterona y anabólicos. El amor se mantiene en la centralidad en los personajes de Jackie y Lou, y juega con la idea de que, aunque la vida este en contra de ellas van a lograr vencer las adversidades mientras estén juntas.

El pasado es otro aspecto importante dentro del filme y tiene peso propio. En pequeños fragmentos podemos ir construyendo la relación de Lou con su padre y entender algunos comportamientos de ambos. Quizás, lo pongo en potencial porque no lo tengo muy claro, encontrar la justificación al desconcertante final.

La última media hora del filme entra en un terreno en donde la trama se empieza trasformar en un verdadero melodrama de telenovela latinoamericana. Todo sucede de una manera inverosímil, extraña y por momento surrealista. La exacerbación de los comportamientos de ambas aflora en marcados estereotipos que se terminan de coronar con el abrupto y disruptivo final. Respecto a esto, la directora Rose Glass hizo algunos comentarios sobre la escena del final en la que ambas salen de la mansión de Lou Sr. vencedoras: “Lou y Jackie se sienten eufóricas e invencibles, y todas las cosas que puedes sentir cuando estás perdidamente enamorado, aunque todo es bastante absurdo”.

En ese sentido, lo absurdo abunda en los minutos finales y puede llegar a molestar a algunos incautos espectadores.  Glass y Tofilska asumen el riesgo y son conscientes de eso, por eso redoblan la apuesta en el clímax cuando Lou se enfrenta a su padre y uno espera encontrarse con una “clásica” resolución.

La solidez actoral es uno de sus puntos fuertes. Stewart y O’Brian están fantásticas y le ponen el cuerpo y la piel a esta historia de amor violenta. Lo mismo para Dave Franco, quien en su breve participación demuestra sus grandes dotes actorales. Pero es sin dudas la interpretación de Ed Harris la que mejor está. Su representación de un personaje, oscuro malvado e intrigante no tiene desperdicios.

Conclusión

Amor, mentiras y sangre no es un filme para cualquiera. Su exagerada trama, su mezcla de géneros y su osadía en algunas decisiones controvertidas, hacen que no sea del agrado de todos.

En lo personal, y como ya mencioné más arriba estoy entre los que se inclinan más por el odio. Pero, viéndolo en retrospectiva y después de descargar la bronca por ese final impensado, uno empieza percibir que quizá estaba algo equivocado.

Disponible: HBO Max