Sincericidio en el recuerdo | Hoy: Blacula – Culto del blaxploitation
2 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Si hay un movimiento cinematográfico que con el paso de los años fue quedando en el olvido, es el del blaxploitation. Ya sea porque cada vez se les da más oportunidades a las minorías de tener tiempo en pantalla, o porque fue fruto de un momento en particular, estos proyectos salen a cuenta gotas. Por eso que mejor que recordar uno de los más sonados, Blacula.
Por Jorge Marchisio
Lejos de cambiar la historia de El Conde Drácula, pero con una persona de color, acá vemos como a inicios del 1700, el Príncipe Mamuwalde (regente de un país africano), le pide al mítico vampiro para que libere a sus esclavos; pero todo sale mal y no solo capturan a su prometida, sino que nuestro protagonista es convertido y maldecido de por vida, para ser conocido por la eternidad como Blacula (William Marshall).
Con esta crítica social se presenta Blacula, que aparte de eso, y de presentar una banda sonora digna de su época y que fue un lujo volver a escuchar en pleno 2024, también cuenta con un buen maquillaje. Si, alguno me va a decir que los vampiros es gente con la piel un poco más pálida y colmillos, pero yo me refiero a la muerte de las criaturas. Incluso se contó con dobles de riesgo para alguna que otra muerte por fuego. En ese sentido, bravo.
Otra cosa que me asombró es la duración. Blacula apenas dura una hora y media, siendo bastante corta, y mostrando que los guionistas no tenían demasiadas pretensiones: solo hacer una película de vampiros, centrada en la comunidad afroamericana de los 70 en Estados Unidos. De hecho, son conscientes que nuestro protagonista es en realidad el villano, así que, en el tramo final, tampoco se lo busca romantizar o justificar.
Pero, así y todo, siento que se podría haber hecho mayor énfasis de como es creado nuestro protagonista. Si, al inicio pasa lo que les dije, pero eso se queda ahí, en los primeros diez minutos. El resto del metraje es otra película más de Dracula, pero con la particularidad de la etnia del vampiro principal. Una oportunidad desaprovechada.
Hoy en día, muchos consideran a Blacula una película de culto. Viéndola con mirada actual, pero también poniéndose en contexto, es entendible porque ese mote. Aunque también hay que decir que se tenía muchísimo más potencial que para hacer “una de vampiros y ya”.
7/10