Abrazo de madre: El refugio del miedo
4 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Abrazo de la madre ( Abraço de Mãe), película de terror brasileña de 2024, dirigida por el argentino Cristian Ponce y escrita junto a André Pereira y Gabriela Capello. Producida por André Pereira y Mariana Muñiz, la fotografía fue de Franco Cerana y Leandro Pagliaro, la música de Bernardo Uzeda. Fue filmada en la ciudad de Río de Janeiro.
En el 57 Festival Internacional de Cinema de Catalunya – Sitges 2024 la película fue nominada a Mejor película (Sección Panorama).
Protagonizada por Marjorie Estiano (Ana), Mel Nunes (Ana joven), Chandelly Braz (Cristina), Javier Drolas (Ulisses), Reynaldo Machado (Roque), Val Perré (Dias), Thelmo Fernandes (Coronel), Ângela Rabelo (Drika), Rafael Canedo (Mourão), Helena Varvaki (Carmen), Maria Volpe (Lia), Lian Tai (Mujer), Chao Chen (Hombre), Ricardo Ventura (Sr. Carvalho), João Lucas Romero (Paramédico), Rodrigo de Arruda (Visitante).
Sinopsis
En febrero de 1996, durante una tormenta devastadora en Río de Janeiro, un equipo de bomberos es llamado para evacuar un hogar de ancianos en peligro de colapsar. Entre ellos está Ana, una joven bombera que regresa al servicio tras un ataque de pánico en el pasado. Sin embargo, al llegar al lugar, descubren que los ancianos no parecen temer la situación y esconden oscuros secretos. En medio del caos, Ana deberá enfrentar sus propios demonios mientras lucha por salvar vidas antes de que el tiempo se agote.
El auge del terror brasileño: una apuesta internacional
Netflix continúa reforzando su catálogo con producciones internacionales que logran capturar la atención de audiencias globales. Esta vez, sorprende con Abrazo de madre, una película brasileña de terror que, en tan solo unos días, se ha posicionado entre las favoritas del género. Con una duración de 91 minutos, este largometraje combina magistralmente el terror psicológico y lo sobrenatural, situando la trama en un entorno claustrofóbico y repleto de suspense.
Desde el comienzo, Abrazo de madre cautiva al espectador con su habilidad magistral para crear y sostener una tensión inquebrantable. La narrativa está diseñada para explorar los miedos más profundos de los personajes, mientras que el guion lleva al público a cuestionar la seguridad y confianza en aquellos que nos rodean. Este efecto se potencia gracias a una ambientación cuidadosamente construida, que se convierte en un personaje más de la historia. Los giros inesperados y la atmósfera sofocante logran mantener al espectador al borde de su asiento durante toda la proyección.
Un terror que desdibuja los límites de la realidad
La protagonista de Abrazo de madre enfrenta un escenario aterrador: al llegar a un hogar de ancianos, donde inicialmente debe velar por la seguridad de los residentes, descubre que el peligro real no es el derrumbe del edificio tras una tormenta, sino algo mucho más siniestro. Las entidades que parecen habitar el lugar van desdibujando la línea entre la realidad y las alucinaciones, sumergiéndola en un juego psicológico que atrapa tanto a los personajes como al espectador.
A medida que transcurre la historia, las amenazas se vuelven cada vez más tangibles, mientras la protagonista lidia con sus propios traumas y la sensación de aislamiento. La tormenta no solo actúa como un desastre natural, sino también como un reflejo del caos interno y los conflictos emocionales que ella enfrenta. Este simbolismo, combinado con una tensión narrativa creciente, eleva la experiencia a un nivel más profundo y aterrador.
Una narrativa que desafía al espectador
El director de Abrazo de madre opta por no atar todos los cabos de la historia, dejando al espectador la tarea de interpretar los acontecimientos y cerrar los vacíos narrativos. Este enfoque, lejos de ser una carencia, se convierte en una fortaleza, ya que invita a la audiencia a participar activamente en la resolución de la trama. La película exige una mente abierta y dispuesta a aceptar que no todo necesita explicarse para generar impacto.
Otro aspecto notable es la representación simbólica de la inundación. En este caso, el agua no es solo una amenaza externa, sino un elemento cargado de significado. Refleja la introspección de Ana, la protagonista, mientras enfrenta traumas familiares y la presión social que la han marcado profundamente. La inundación se convierte en una metáfora visual y emocional, encarnando los conflictos internos y las heridas del pasado que Ana debe confrontar para liberarse.
Conclusión
Abrazo de madre no es solo una película de terror; es una experiencia sensorial y emocional que combina el suspenso psicológico, los elementos sobrenaturales y una narrativa llena de simbolismo. Su capacidad para desafiar al espectador y ofrecer una historia inquietante la convierte en una joya y en una obra imprescindible para los amantes del género.
Disponible: Netflix