Apostando con el Diablo: Cuando el azar se encuentra con lo sobrenatural
2 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Con Apostando con el Diablo, el director argentino Ernesto Aguilar entrega una película que mezcla lo cotidiano con lo sobrenatural, convirtiendo las rutinas más inocentes en el escenario perfecto para el horror. La historia presenta a Dori, una jubilada común y corriente que reparte sus días entre el mate y las apuestas en la Quiniela. Su vida simple y sin sobresaltos se entrecruzan con la de Claudia quien, asfixiada por problemas económicos, introduce a la primera en un mundo complejo que dará paso a las situaciones aún más adversas. La película podrá verse en el Festival Buenos Aires Rojo Sangre (BARS).
Por Gastón Dufour
La historia da un giro inesperado (no haremos spoilers) y Claudia tiene la idea de recurrir a la necromancia, un ritual ancestral que supuestamente permite comunicarse con los muertos para obtener información sobre el futuro. Desesperada por mejorar su situación económica, convence a Dori de participar en este macabro plan, prometiendo que así podrán solucionar todos sus problemas financieros.
La película transita de manera magistral del humor negro a un terror que incomoda, explorando cómo la codicia y la curiosidad pueden llevar a abrir puertas que deberían permanecer cerradas.
Una atmósfera única de terror cotidiano
Aguilar se apoya en el contraste entre lo banal y lo siniestro para crear una atmósfera única. Las escenas iniciales, cargadas de detalles de la vida diaria, logran que el espectador conecte rápidamente con los personajes. La transición se despliega con destreza, logrando que los momentos de tensión sean tan efectivos como los de humor negro que impregnan la primera parte del filme.
El trabajo de Virginia Lombardo y Belén Gutiérrez es un pilar fundamental de Apostando con el Diablo. Lombardo, en el rol de Dori, logra transmitir la inocencia de una mujer común atrapada en circunstancias extraordinarias, mientras que Gutiérrez, como Claudia, aporta una intensidad que mezcla desesperación y determinación, otorgándole al relato un toque de humanidad incluso en los momentos más oscuros. Juntas, construyen una dinámica que permite al espectador empatizar con sus decisiones, aunque estas las lleven a terrenos peligrosos.
Un comentario social en clave sobrenatural
Más allá del terror y los sustos, Apostando con el diablo también funciona como una sutil crítica social. Aguilar utiliza la figura de Dori y Claudia para reflejar la vulnerabilidad económica de las personas mayores y de las trabajadoras en contextos de crisis. La necromancia no solo se convierte en una herramienta narrativa para el horror, sino también en una metáfora de las decisiones desesperadas que surgen en un sistema que parece no ofrecer soluciones.
Conclusión
Un juego macabro que atrapa y sorprende.
Proyección: Jueves 28 a las 22.00 hs. Sala 5 – Multiplex Belgrano (Vuelta de Obligado 2238, CABA)