Megalópolis: Golpe al corazón
3 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Se estrenó en salas Megalópolis, el nuevo film del genial realizador Francis Ford Coppola, un espectacular film épico, que no es para todos los públicos. Por eso a continuación te cuento porque es así.
Por Diego M. Bravo
Tucker, el hombre y su sueño
Coppola es un director absolutamente personal, prueba de ello, son algunas de las pelis más importantes de la historia como “El padrino” (1972) y su secuela “El padrino 2” (1974), “Apocalypse Now” (1979), “La ley de la calle” (1983) y “Drácula” (1992) entre muchas otras. Aquí nos ofrece lo que sería casi su testamento cinematográfico, bastante particular, una obra, que es más grande que la vida, en todo el amplio sentido de la palabra.
El relato transcurre en un hipotético futuro, luego de una guerra indeterminada, es elegido Cesar Catilina (el hipnótico Adam Driver) como la autoridad de Desarrollo de Nueva Roma, conocida anteriormente como Nueva York, y plantea la idea de construir una ciudad soñada: Megalópolis.
Pero esta visión lo hará enfrentarse al alcalde de la ciudad Frank Cicero (Giancarlo Espósito) y a su vez con su propio y ambicioso primo Claudio (el recuperado Shia LaBeouf), mientras entabla una relación con la hija de Ciceró, Julia (Nathalie Emmanuel). Además de estos actores principales, el elenco está conformado por parte de la propia familia del director como: Talia Shire, Jason Shwartzman, Bailey Ives Coppola. E intérpretes de la talla de Aubrey Plaza, Dustin Hoffman, Jon Voight, Laurence Fishburne, entre muchos otros.
Apocalypse Now
Con todo este material, Coppola construye, su “cuasi testamento cinematográfico” total y absolutamente personal. Es un film que NO es para todos los públicos. Viéndola desde afuera y utilizando una objetividad irritante, es un film desmedido, ampuloso, quizás no tiene el mejor CGI del mundo. Hay algunos personajes que declaman casi a los gritos su parte del guion y podríamos seguir encontrándole algunos defectos u objeciones varias.
Pero la verdadera virtud que conserva este film es que esta producido en forma independiente y en forma personal por el propio director. Jugándosela con la de su propio bolsillo, esto le da el plus adicional de autonomía autoral absoluta, para contar su propia historia de la forma que él quiera y de la forma que desee.
En los tiempos que corren, ese independencia creativa total, también puede ser restrictivo, de ahí las objeciones arriba mencionadas. Pero es un testimonio valiosísimo para lo que el 7mo arte respecta. Es un film de una grandeza visual, que solo podrá ser debidamente apreciado en las salas cinematográficas específicas.
No hay Smart TV del tamaño más grande ni con la mejor definición que le haga justicia. Es un acontecimiento cinematográfico absoluto y es un film de un autor tan importante como Coppola que no hay que dejar pasar, de una forma o de otra, para ver en los cines, más allá de las polémicas que pueda generar.
Disponible: En cines