Grasas Saturadas: Sexo, mentiras y asado
4 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Grasas Saturadas, película argentina de comedia negra. Esta escrita y dirigida por Gerard Marcó de Mas. Producida por Sewati Audiovisual (ARG), Amuyen Producciones (ARG), Gaucho Entertainment (EEUU). Filmada en San Clemente del Tuyu, Buenos Aires, Argentina.
Asistente de Dirección: Gustavo Medina, Dirección de Fotografía: Gastón Guisado, Montaje/Color: Wanda Barrientos, Dirección de Arte: Carolina Menéndez / Jimena Cohen, Director de Sonido: Mariano Castro, Música: Mariano Castro, VFX: Alejandro Maidana, Make up, Hair & FX: Mariana Jara / Nati Rayo, Jefa de Producción: Micaela Velasco, Producción: Maximiliano Zurraco.
Protagonistas
Ramona Flagüers (Greta Cohen), Carlos Carneglia (Martin Perez), Natalia Gatto (Flavia Ivinsky), Xiomara Tejera (Paola Mezzina), German Basso (Hernan Pullman), Silvia del Castillo (Sara Cohen), Claudio Santorelli (Julio Fechini), Claudio Medina (cliente).
Sinopsis
Antes de huir del país, el ex gobernador Julio Fechini transmitió a su dominatrix Greta Cohen un conocimiento existencial llamado “Grasas Saturadas”. Pero ¿qué significa “Grasas Saturadas”? Greta develará el secreto a dos malogradas parejas durante un demencial retiro sadomasoquista inspirado en el ritual del asado.
Una terapia reinventada
Posiblemente ir a terapia sea una de las cosas más habituales que existen. Por supuesto que cada individuo elige el tipo que más efecto le haga, a veces con psicólogos, en otras ocasiones algo más alternativo, pero siempre con el objetivo de sanar. Grasas Saturadas es otro tipo de terapia, una mucho más extrema. Greta, su carismática protagonista, lo lleva adelante bajo un lema con el que ella se autodefine: «libre, gorda, puta y propietaria.»
El tratamiento que Greta ofrece es tan provocativo como el eslogan que lo acompaña. En este peculiar retiro sexual, dos parejas se enfrentan a la difícil tarea de conocerse y aceptarse tal como son. La película, sin embargo, no se limita a exponer estas sesiones en su forma más directa, también profundiza en los orígenes de esta «terapia» y el complejo pasado de su creadora. Uno de los grandes misterios que envuelven la narrativa es la conexión de Greta con el ex gobernador Julio Fechini, un personaje políticamente incorrecto cuya figura adquiere tintes casi mitológicos tras su supuesta fuga del país.
Comedia negra explosiva
El director y guionista de Grasas Saturadas demuestra una notable capacidad para fusionar géneros dispares en un mismo relato. El humor negro, la sensualidad y una mordaz crítica social convergen en un film que explora los instintos más primarios del ser humano. En este universo creado por Greta y su retiro, los personajes son despojados de sus máscaras sociales y reducidos a comportamientos animales, una decisión narrativa que provoca reflexión, y al mismo tiempo, incomodidad.
El equilibrio logrado entre estas facetas es uno de los puntos más destacados del film. La narrativa no se siente forzada ni pretenciosa, en su lugar, fluye con naturalidad mientras invita al espectador a confrontar sus propios prejuicios y tabúes. La sensualidad, aunque omnipresente, nunca es gratuita, sino que se convierte en una herramienta clave para explorar la vulnerabilidad y el empoderamiento de los personajes.
Una producción que trasciende sus limitaciones
Aunque Grasas Saturadas es un proyecto de bajo presupuesto, el equipo creativo ha logrado superar las limitaciones financieras con ingenio y determinación. La factura visual del film es sorprendentemente cuidada, con una fotografía que captura tanto la cruda intimidad de las sesiones de terapia como los paisajes más desoladores del retiro. Cada plano parece estar diseñado para reforzar el mensaje del film, logrando una experiencia visualmente rica que complementa a la perfección su audaz narrativa.
El elenco también merece un reconocimiento especial. Los actores entregan interpretaciones cargadas de autenticidad, lo que permite que el espectador se conecte emocionalmente con sus historias. Greta, interpretada con una poderosa presencia escénica, se convierte en el corazón de la película, liderando al resto del reparto en un viaje tanto desafiante como transformador.
Film que invita a la reflexión y a la carcajada
Grasas Saturadas no es una película para todos, y esa es precisamente su fortaleza. En un mundo donde el cine a menudo opta por el camino más seguro, este proyecto se atreve a ser diferente, a incomodar y a desafiar las expectativas del espectador. La película no solo cuestiona las convenciones sociales y los roles de género, sino que también explora las complejidades del poder, la identidad y el deseo, todo con un toque de humor mordaz que arranca carcajadas incluso en los momentos más tensos.
El pasado de Greta y su relación con Julio Fechini añaden una capa adicional de intriga al relato, dejando preguntas abiertas que el espectador podrá interpretar según su propia perspectiva. Este enfoque, lejos de frustrar, enriquece la experiencia y refuerza la idea de que no todas las respuestas deben ser entregadas en bandeja.
Conclusión
En un panorama cinematográfico donde la originalidad a menudo parece escasear, Grasas Saturadas emerge como un soplo de aire fresco. Su audaz mezcla de humor negro, sensualidad y reflexión la convierte en una obra inolvidable que merece ser descubierta. No es solo una película, sino una experiencia que invita a mirar más allá de lo superficial y a cuestionar lo que creemos saber sobre nosotros mismos y los demás.
Con un mensaje poderoso y una ejecución impecable, Grasas Saturadas se posiciona como una de esas películas que, aunque no masivas, dejan una huella indeleble en quienes se atreven a verla.
Estreno única función
Viernes 10 de enero, 19.45 hs
CINE GAUMONT (Av. Rivadavia 1635 CABA) Sala 1