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El mono: Como mono con navaja… pero peor

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El mono

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. El mono (The Monkey), película estadounidense de terror sobrenatural y comedia de 2025, basada en un cuento corto de Stephen King. Esta escrita y dirigida por Osgood Perkins, la fotografía fue de Nico Aguilar, la música de Edo Van Breemen, la edición de Graham Fortin y Greg Ng. La producción fue de James Wan. La filmación comenzó en Vancouver, Canadá el 5 de febrero de 2024 y concluyó el 22 de marzo de 2024.

Por Daniel López Pacha

Protagonistas

Theo James (Hal/Bill), Christian Convery (joven Hal / Bill), Tatiana Maslany (Lois), Elijah Wood (Ted), Colin O’Brien (Petey), Sara Levy (Tía Ida) Danica Dreyer (niñera Annie), Zia Newton (Dwayne), Lumen Beltran (oficial de policía), Laura Mennell (madre de Petey), Osgood Perkins (Tío Chip), Tess Degenstein (Barbara).

Sinopsis

Cuando los hermanos gemelos Hal y Bill descubren un antiguo mono de juguete en el ático de su infancia, algo oscuro se despierta con él. Al poco tiempo, comienzan a ocurrir muertes atroces a su alrededor, cada una acompañada por el escalofriante repique de los platillos del muñeco. Desesperados, intentan deshacerse del juguete y toman caminos separados, convencidos de que la distancia bastará para librarlos de la maldición. Años después, las muertes inexplicables regresan, persiguiéndolos. Obligados a enfrentar lo que dejaron atrás, Hal y Bill se reencuentran para desentrañar el oscuro secreto del mono y hallar la única forma de destruirlo antes de que cobre su precio definitivo: sus propias vidas.

Una adaptación salvaje y sangrienta

Después de sacudir el mundo del terror con Longlegs, Osgood Perkins regresa con una adaptación radical de El mono. Este es uno de los cuentos más oscuros de Stephen King. En lugar de un relato sombrío y paranoico, Perkins transforma la historia en una comedia negra repleta de sangre y caos. Con esta reinvención, el director sigue alejándose del terror lento e introspectivo que definió sus primeros trabajos para adoptar un estilo más accesible pero igualmente perturbador.

El mono

Humor macabro y un festín visual

Con El mono, Perkins desata un sentido del humor mórbido que apenas se insinuaba en sus filmes anteriores. La pantalla se inunda de rojo con secuencias gore ejecutadas con precisión milimétrica, convirtiendo cada muerte en un espectáculo grotesco pero extrañamente divertido. Aunque la historia original de King mantenía un tono serio, donde la conexión entre el siniestro juguete y las muertes era más ambigua, Perkins despeja cualquier duda: el mono es un asesino despiadado.

La narrativa alterna entre la infancia de los hermanos Hal y Bill y su presente, una estructura tomada directamente del cuento. Esta decisión permite explorar de manera más profunda la influencia del juguete en sus vidas y fortalecer los lazos entre los personajes mediante diálogos mordaces e interacciones incómodas. Hal, interpretado por Theo James, lucha por proteger a su familia sin repetir los errores del pasado, pero el resurgimiento del mono lo obliga a enfrentarse a sus traumas más profundos.

Un elenco en estado de gracia

Theo James brilla en su doble papel como Hal y su gemelo Bill, una modificación del material original donde los hermanos no eran gemelos. Perkins aprovecha este cambio para reforzar la dicotomía entre ellos: Hal es introspectivo y atormentado, mientras que Bill es ruidoso y despreocupado. La tensión entre ambos se extiende hasta la adultez, reflejando diferentes maneras de entender la lealtad fraternal.

El mono

En los flashbacks, Christian Convery ofrece una interpretación igualmente convincente de los hermanos en su infancia, mientras que Tatiana Maslany se luce como Lois, la madre de los protagonistas. Con una actitud implacable y un sentido del humor gótico, Maslany aporta momentos memorables, como cuando le dice a sus hijos con absoluta seriedad: “Todos mueren, y eso es la vida” antes de sumergirse en un baile fúnebre.

Una adaptación que va más allá del texto original

Uno de los mayores logros de Perkins es convertir el relato en un espectáculo visualmente impresionante. Mientras que la versión de King se apoyaba en una ambigüedad inquietante, la película apuesta por una violencia desbordante y escenas de impacto. La combinación de influencias recuerda a Sam Raimi en su mejor momento, fusionando el terror visceral con un sentido del absurdo que recuerda a Todd Solondz.

Desde el prólogo, que nos introduce al mono en una casa de empeño a través de una secuencia impactante, la película establece su tono sin concesiones. A lo largo del metraje, las muertes son cada vez más exageradas y estilizadas, asegurando que el público nunca se relaje por completo. Este enfoque convierte a El mono en una experiencia única dentro del cine de terror actual.

Conclusión

El mono es un espectáculo grotesco y desquiciado que combina sangre, humor y una energía desbordante. Perkins logra transformar un cuento sombrío en una obra de terror cómica sin perder la esencia inquietante del material original. Con un elenco brillante, una dirección audaz y una puesta en escena vibrante. Esta adaptación se convierte en una de las experiencias más memorables del año para los amantes del género. Un festín de horror que no deja indiferente a nadie.

Disponible: En cines

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