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Lol Crawley: Un visionario intuitivo en El Brutalista

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Lol Crawley

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. En una era donde las composiciones cinematográficas son meticulosamente diseñadas por softwares y la industria está cada vez más dominada por algoritmos, el cine necesitaba urgentemente a alguien que pudiera abrazar la imprevisibilidad de una imagen cinematográfica. Y no hay nadie más adecuado para ello que el director de fotografía Lol Crawley, el cual obtuvo el Oscar a la Mejor Fotografía por El Brutalista.

Por César Arturo Humberto Heil

Mientras Hollywood sigue obsesionado con las imágenes digitales de píxeles perfectos, ha pasado por alto el poder de responder a entornos reales con una auténtica intuición artística. La sensibilidad de Crawley es justamente lo que falta en la cinematografía moderna: esa rara habilidad de ser simultáneamente preciso y espontáneo. Como reveló en nuestra reciente conversación:

“No soy impositivo con mi iluminación… Por lo general, respondo a los entornos y a lo que la luz del día está haciendo en un momento dado y lo dejo entrar por mí.”

Lol Crawley

Lol Crawley
El director de fotografía de El Brutalista Lol Crawley utilizó la luz natural que se refleja en el mármol de las canteras de Carrara, en la Toscana, para filmar las secuencias rodadas allí. Cortesía de A24

Una evolución constante

A diferencia de los directores de fotografía que llegan con diagramas de iluminación predeterminados o planes visuales rígidos, la mayor fortaleza de Crawley siempre ha sido su disposición a responder a momentos genuinos. Su trayectoria, desde la fotografía artística hasta su trabajo histórico en Ballast (2008) de Lance Hammer, demuestra un compromiso constante con la autenticidad visual en lugar de la espectacularidad técnica.

La industria cinematográfica no necesita otro director de fotografía que siga fórmulas; necesita a alguien que pueda navegar por diferentes formatos con un propósito. Ese es el punto fuerte de Crawley.

Maestría en formatos diversos

Al abordar El Brutalista, Crawley utilizó una extraordinaria gama de formatos: 35 mm, VistaVision, 16 mm e incluso Digi Beta para el epílogo de la década de 1980. Su enfoque no se centraba en alardes técnicos, sino en servir a la visión del director Brady Corbet de crear “casi un catálogo de archivo cinematográfico a lo largo de diferentes décadas.”

Su colaboración con Corbet en tres películas, que incluyen además de El Brutalista, The Childhood of a Leader (2015) y Vox Lux (2018), aporta una continuidad artística que fomenta la experimentación audaz. Crawley muestra su fervorosa voluntad de libertad creativa al aceptar las limitaciones mecánicas de los equipos de cámara con los que trabaja, como las cámaras VistaVision, que requieren una atención especial al sonido debido al ruido que generan. Esto subraya su habilidad para superar los desafíos técnicos con ingenio y maestría.

Lol Crawley
Crawley en el set de El Brutalista, de Brady Corbet, que se filmó en formato VistaVision en 35 mm. Cortesía de A24

El arte de la observación

Quizás la cualidad más subestimada de Crawley sea su preferencia por estudiar las locaciones solo antes de que comience la producción. Mientras que la mayoría de los directores de fotografía confían en exploradores técnicos y paredes móviles, Crawley mide el impacto a través de la observación silenciosa.

“Me gusta visitar las locaciones y hacer estudios de luz sin nadie… Es mi único momento en el que voy a responder al espacio y encontrar las tomas dentro de él. Cada vez que aparezco, va a haber gente allí, gente en el camino.”

Lol Crawley

La verdadera belleza del enfoque de Crawley no reside en la precisión técnica inmediata (aunque sus imágenes son espectaculares), sino en cómo su trabajo se desarrolla gradualmente a través de respuestas intuitivas que mantienen lo que él llama “una cierta vitalidad.”

Lol Crawley
Van Buren, interpretado por Guy Pearce, quiere construir un instituto en la cima de una colina, que Crawley filmó solo con luz natural en los 40 minutos antes de que se pusiera el sol, un desafío para todos en el set. Cortesía de A24

Reflexión final

En una época en la que los directores de fotografía parecen atrapados entre las especificaciones técnicas y los requisitos de marketing, Lol Crawley representa a esa rara casta de artistas que pueden abrazar simultáneamente la imperfección analógica y la precisión arquitectónica sin sacrificar ninguna de las dos.

A diferencia de su compañero nominado por Nosferatu de Robert Eggers(2024), Jarin Blaschke, cuya metodología sigue el guion gráfico para cada fotograma, Crawley se sumerge en el aquí y ahora, permitiendo que la espontaneidad guíe su enfoque creativo. Esto no solo enriquece la narrativa visual, sino que también aporta una autenticidad que es a la vez refrescante y profundamente necesaria en el cine contemporáneo.

Fuente: Cinematic Fanatic

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