El origen inesperado: Destino Final
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Bienvenidxs a una nueva de Revista Sincericidio. Luego del estreno de Destino final: Líneas de sangre, dirigida por Zach Lipovsky y Adam B. Stein, qué mejor momento para explorar los inicios de una saga que sigue cautivando al público.
Por César Arturo Humberto Heil
Lo que hoy conocemos como Destino final (2000) nació en un contexto inesperado: un guion escrito por Jeffrey Reddick para la icónica serie de ciencia ficción Los expedientes X, creada por Chris Carter. La inspiración surgió tras leer una noticia sobre una mujer que evitó un accidente aéreo gracias a una premonición.

Reddick se preguntó:
¿Qué pasaría si alguien engañara a la muerte? ¿Y si la muerte decidiera perseguirla? Esta premisa intrigante llegó a los productores ejecutivos de Los expedientes X, James Wong y Glen Morgan, quienes quedaron fascinados con la idea. Sin embargo, en lugar de convertirla en un episodio de la serie, decidieron llevarla al cine, dándole mayor libertad narrativa y la posibilidad de crear impactantes escenas de muerte imposibles de mostrar en televisión.
La visión de Wong y Morgan redefinió el concepto del filme. Resistieron la idea inicial de representar a la Muerte como una figura física y, en su lugar, la convirtieron en una fuerza invisible, una decisión que se convertiría en la firma de la franquicia. Inspirados en las complejas máquinas de Rube Goldberg (1883-1970), diseñaron un sistema de reacción en cadena en el que cada accidente era el resultado de un meticuloso y retorcido efecto dominó.
Originalmente titulada Vuelo 180, la película adquirió su nombre definitivo gracias a una sugerencia del amigo del productor Craig Perry, Brett Leitner. Cuando se estrenó el 17 de marzo de 2000, la audiencia quedó cautivada por su innovadora premisa y su ejecución aterradora.

Conclusión
Veinticinco años después, con seis películas y una recaudación global de más de 650 millones de dólares, Destino final ha trascendido sus humildes comienzos como un guion televisivo para convertirse en un fenómeno cultural. Su enfoque original y su capacidad para evolucionar han garantizado su relevancia en el género de terror, con una nueva entrega que promete cautivar tanto a viejos como a nuevos seguidores. La muerte, silenciosa e implacable sigue más viva que nunca.