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The Long Walk: una de las mejores adaptaciones de King

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The Long Walk

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. The Long Walk (Camina o muere), película distópica estadounidense de 2025, coproducida y dirigida por Francis Lawrence a partir de un guion de JT Mollner. Está basada en la novela homónima de 1979 escrita por Stephen King bajo el seudónimo de Richard Bachman. Stephen King es el productor ejecutivo, con fotografía de Jo Willems, música de Jeremiah Fraites, editada por Peggy Eghbalian y Mark Yoshikawa. Filmada en Winnipeg, Manitoba, Canadá el 24 de julio de 2024 al 12 de septiembre de 2024.

Por Daniel López Pacha

Reparto

Cooper Hoffman (Raymond «Ray» Garraty), David Jonsson (Peter McVries), Garrett Wareing (Billy Stebbins), Tut Nyuot (Arthur Baker), Charlie Plummer (Gary Barkovitch), Ben Wang (Hank Olson), Jordan Gonzalez (Richard Harkness), Joshua Odjick (Collie Parker), Mark Hamill (el Mayor), Roman Griffin Davis (Thomas Curley), Judy Greer (Ginnie Garraty), Josh Hamilton (William Garraty).

Sinopsis

En un Estados Unidos sometido a un régimen autoritario, cada año se celebra La Larga Marcha, un evento donde cincuenta adolescentes, seleccionados al azar, deben avanzar sin detenerse por una ruta vigilada por soldados. Los participantes reciben agua y raciones mínimas, pero cualquier descenso de ritmo por debajo de las tres millas por hora implica advertencias que, al acumularse, llevan a la ejecución inmediata. La prueba termina solo cuando queda un único sobreviviente, recompensado con dinero y el cumplimiento de un deseo.

Stephen King en el espejo del poder y la obediencia

En 1967, en plena efervescencia de la Guerra de Vietnam, un joven Stephen King escribió The Long Walk. No era aún el maestro del terror global, sino un veinteañero enfurecido que observaba cómo su generación era enviada a morir en una guerra ajena. Aunque la novela vería la luz recién en 1979 bajo el seudónimo de Richard Bachman, el espíritu del texto late como una protesta íntima y feroz contra un sistema que consume a los jóvenes en nombre de causas vacías.

Hoy, más de medio siglo después, Francis Lawrence —el director que le dio vida cinematográfica a gran parte de Los Juegos del Hambre— retoma ese espíritu para convertir The Long Walk en una obra fílmica poderosa y profundamente incómoda. El resultado no es solo una distopía, sino una reflexión descarnada sobre la obediencia, el sacrificio y la fragilidad de la juventud en contextos autoritarios.

The Long Walk

De Bachman a Hollywood: un viaje de sombras

King ha construido un bestiario inolvidable de monstruos sobrenaturales: desde Pennywise en IT hasta las criaturas de The Mist. Sin embargo, sus obras más perturbadoras siempre han tenido algo en común: la convicción de que los peores horrores no provienen de espectros ni demonios, sino de los propios seres humanos. En The Long Walk, ese mal adopta la forma de un ritual público, avalado por la sociedad y ejecutado con frialdad militar.

La historia se sitúa en un Estados Unidos distópico, empobrecido tras una guerra pasada. Como catarsis social, el gobierno organiza cada año “La Larga Marcha”: cincuenta adolescentes, uno por cada estado, deben marchar sin detenerse jamás. Quien flaquea, recibe una advertencia. A la tercera, una bala lo borra del camino. Solo uno alcanzará la meta, con la promesa de riquezas y cualquier deseo cumplido.

Entre los caminantes destacan Ray Garraty, Peter McVries, Stebbins y Barkovitch, cada uno con sus heridas internas y su manera de enfrentarse a la crueldad del concurso. A cargo de la vigilancia está The Major, figura implacable que encarna el rostro inhumano de la autoridad.

The Long Walk

Una guerra sin trincheras

La estructura de la novela —y ahora de la película— podría haber caído en la monotonía. Después de todo, se trata de cincuenta jóvenes caminando durante horas interminables. Sin embargo, Lawrence convierte esa aparente repetición en un campo de batalla psicológico, donde cada paso es una sentencia y cada tropiezo, un preludio de muerte.

Aquí el terror no reside en fantasmas ni asesinos enmascarados, sino en la resistencia física y mental de los protagonistas. El dolor de un tobillo torcido, la imposibilidad de seguir evacuando mientras el cronómetro de la muerte avanza, las súplicas de los chicos a sus madres: todo se siente brutalmente real. No es casualidad que King escribiera esta historia poco después de Vietnam; la caminata es un espejo del reclutamiento forzoso, donde los jóvenes son sacrificados en directo mientras el público aplaude o mira con indiferencia.

Un elenco que camina hacia la inmortalidad

Gran parte de la fuerza de la adaptación se debe al elenco. Cooper Hoffman brilla como Ray Garraty, aportando una mezcla de vulnerabilidad, determinación y furia contenida que lo convierten en un protagonista memorable. A su lado, David Jonsson ofrece un McVries magnético, capaz de iluminar la oscuridad con discursos sinceros y un vínculo profundo con Garraty.

The Long Walk

El grupo se completa con interpretaciones notables: Wang como el entrañable Hank Olson, Nyuot en un desgarrador Arthur Baker y Charlie Plummer como un antagonista ambiguo que refleja el miedo disfrazado de violencia. Mark Hamill, por su parte, se adueña de cada escena como The Major, un hombre cuyo frío desprecio por la vida humana hiela la pantalla.

La crudeza de la muerte y el peso del trauma

Las muertes en The Long Walk están filmadas con un realismo seco y perturbador. No hay estilización: son rápidas, brutales y profundamente incómodas. Lo devastador es que, tras pasar tanto tiempo con los personajes, cada caída pesa como una losa. El espectador no presencia solo un espectáculo sangriento, sino la demolición emocional de un grupo de jóvenes que soñaban con sobrevivir.

Lejos de caer en el cliché del “adolescente carne de cañón”, la película humaniza a cada caminante, construyendo amistades, rivalidades y vínculos que hacen que la tragedia tenga verdadero impacto. Lawrence y el guion de JT Mollner logran un equilibrio perfecto entre acción y emoción, evitando la monotonía del “caminar eterno” y transformando la historia en una fábula sobre la obediencia, el trauma y la injusticia.

Conclusión

The Long Walk es mucho más que una película de terror. Es un relato sobre la pérdida de la inocencia, un espejo oscuro de cómo los sistemas autoritarios consumen a sus jóvenes y una reflexión sobre la brutalidad disfrazada de espectáculo.

Con un reparto excepcional, una dirección que entiende la tensión psicológica y un trasfondo social que resuena tanto ayer como hoy. La obra de Francis Lawrence se erige como una de las mejores adaptaciones de Stephen King hasta la fecha. Una película que no solo aterra, sino que invita a pensar, y cuya huella permanece mucho después de que los créditos finales se desvanecen.

Dato

A finales de los años ochenta, el legendario George A. Romero estuvo muy cerca de llevar la novela al cine, pero aquel intento quedó en suspenso y nunca se concretó. Décadas más tarde, en 2007, Frank Darabont adquirió los derechos con la intención de rodar una versión modesta en presupuesto, pero con un estilo íntimo, existencial y poco convencional. En 2018, New Line Cinema retomó el proyecto, anunciando una adaptación a cargo del guionista y productor James Vanderbilt, acompañado por Bradley Fischer y William Sherak bajo el sello Mythology Entertainment.

Un año después, en 2019, se reveló que el noruego André Øvredal ocuparía la silla de dirección. Sin embargo, la producción cambió nuevamente de rumbo. Para noviembre de 2023, fue Lionsgate quien tomó las riendas, designando a Francis Lawrence como director y a JT Mollner como responsable del guion.

Disponible: En cines

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