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Barreda: el odontólogo femicida

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Barreda: el odontólogo femicida

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio.  El 15 de noviembre del año 1992, la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, República Argentina, se vio conmovida por un cuádruple homicidio. Las víctimas eran Gladys McDonald, de 57 años; sus hijas, Cecilia, de 26, y Adriana Barreda, de 24; y la madre de Gladys, Elena Arreche, de 86 años. Todas habían sido asesinadas a escopetazos dentro de la propiedad donde vivían junto a Ricardo Barreda, de 56 años, situada en la calle 48 entre 11 y 12 de la ciudad de La Plata.

Por César Arturo Humberto Heil

A sangre fría

En un principio, todo hacía suponer un intento de robo y asesinato. Sin embargo, al profundizar en la escena del crimen, los investigadores empezaron a notar que había cosas que no encajaban con un homicidio en ocasión de robo, y el esposo y padre de familia, el odontólogo Ricardo Barreda, se convirtió en el principal sospechoso de tan brutal asesinato.

Este sería el inicio de uno de los casos criminales más mediáticos después del parricidio de los hermanos Schoklender, ocurrido una década antes. También sería el puntapié para el comienzo de una nueva batalla cultural en el país contra la violencia hacia las mujeres y los femicidios. El caso abriría un debate en el seno de una sociedad todavía anquilosada en conceptos machistas y dominada por el patriarcado sobre si el accionar de Ricardo Barreda había sido “justo”, dado los maltratos a los que decía haber sido sometido durante años por su esposa, sus hijas y su suegra, quienes lo apodaban “conchita”.

La serie documental

A casi 33 años de aquella terrible masacre, la plataforma Flow acaba de estrenar la miniserie de dos episodios Barreda: el odontólogo femicida (2025), dirigida por Lucas Jenkins. El documental, sin demasiadas ideas novedosas y con una estructura convencional, pretende retratar al femicida en un primer episodio y a la sociedad en un segundo.

Se puede decir que la serie es correcta en sus formas, pero algo distante en el manejo del contenido. En ningún momento intenta tomar partido por una posición en particular: solo deja que los entrevistados, los archivos de la época y la ficcionalización den una semblanza del caso y del asesino, abordándolo desde todas las perspectivas posibles. Así, la figura de Ricardo Barreda —condenado a perpetua en 1995, liberado bajo libertad condicional en 2011 y fallecido en un geriátrico en 2020, a los 83 años— se erige como una figura mítica en la que conviven dos miradas: la del asesino atroz, capaz de matar a sus propias hijas a sangre fría y no sentir remordimiento, y la de quienes lo ven como un emblema justiciero que habría hecho justicia ante los maltratos recibidos por parte de su familia.

Barreda: el odontólogo femicida

Una mirada sobre la sociedad

El segundo episodio es quizá el que deja entrever una mirada crítica hacia la sociedad de los años 90, que permitía la cosificación de las mujeres con programas y películas como las de Alberto Olmedo y Jorge Porcel, o publicidades en donde mujeres con un ojo morado pedían a cámara que les dieran “otra piña” para promocionar la bebida piña colada. Eran tiempos de machismo sin dudas, y eso el documental lo refleja muy bien.

Limitaciones narrativas

Haciendo un análisis más profundo, creo que con un solo episodio de 50 minutos hubiera sido suficiente. Muchas situaciones se repiten de un episodio a otro, lo que demuestra cierta falta de información adicional. Esto deja en claro que no hay mucho más para contar, especialmente en un caso tan mediático y que tuvo tanta repercusión. Todo lo que se muestra en el documental ya lo conocíamos, y en ese sentido la propuesta se queda a medias. Tampoco arriesga demasiado en la puesta en escena, que como ya mencioné es clásica y no innova en nada.

En líneas generales, los entrevistados están muy bien, y cada uno, desde su mirada, va bordando el perfil de Barreda, en el que la locura y la premeditación dialogan constantemente. Entre los más conocidos se encuentran Rodolfo Palacios, autor del libro Conchita; el periodista de policiales Mauro Szeta; y Mariana Carbajal, periodista e impulsora del movimiento Ni una menos. También participan peritos, policías y jueces que intervinieron en el caso.

Barreda: el odontólogo femicida

La ficcionalización está bien lograda, especialmente por el actor que interpreta a Barreda, quien da muy bien en cámara y sabe transmitir la personalidad inexpugnable de Ricardo Barreda.

Conclusión

Para quienes no conocían nada sobre el caso, el documental puede resultar interesante; pero para quienes ya conocíamos los hechos, aporta poco y nada. La repetición de contenidos y la falta de una mirada más arriesgada limitan el potencial de la serie. Sin embargo, lo más valioso es cómo logra rescatar el contexto social de los años 90 y evidenciar el trasfondo machista que posibilitó que ciertos sectores todavía vieran a Barreda como un héroe. En definitiva, más que un retrato del asesino, la miniserie se convierte en un espejo de una sociedad que aún hoy sigue debatiéndose entre la memoria, la justicia y el patriarcado.

Disponible: Flow

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