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Animales humanos.

4 minutos de lectura

Por César Arturo Humberto Heil.

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio.

La maldad está en nosotros.

John Kekes en su libro “Las raíces del mal” (Editorial Ateneo, 2006) hace un exhaustivo estudio filosófico sobre cuáles son, a su entender, los orígenes y las causas del mal. El autor establece un esquema de trabajo que reduce cualquier acción mala a un atentado contra el bienestar humano. Este ataque al bien humano consta de tres requisitos: un motivo malévolo del perpetrador, un daño serio y excesivo causado por sus acciones y la falta de una excusa moralmente aceptable.

Animales humanos (2021) de Lex Ortega es un film mejicano que, en línea con el pensamiento de Kekes, se plantea también algunas preguntas sobre las causas, si es que las hay, de la maldad en el ser humano y pone, además, en discusión si la vida de un animal tiene el mismo valor y los mismos derechos que la de una persona. La pregunta que surge inmediatamente es ¿ante un hecho malvado de igual brutalidad merecen el mismo castigo?

Roy (Antonio de la Vega) vive con su esposa Fabiola (Adriana Louvier) y su pequeña hija Teresa (Camila Núñez) y tienen como vecinos a Chava (Néstor Rodulfo) y a Anahí (Aroa Gimeno) quienes son dueños de un hermoso perro ovejero alemán y personas involucradas en el activismo animal.

Teresa tiene miedo del perro, el cual siempre anda suelto por el barrio metiéndose incluso en su propiedad, pero no parece ser un can agresivo. Fabiola, por su parte, expresa una cierta aversión hacia el animal, al punto de estar siempre reclamándole a su marido para que haga algo. Le molesta que el perro no esté encerrado y ande husmeando en su patio trasero. Estos son los primeros indicios de que existe cierta tensión creciente entre los vecinos y uno ya puede intuir que la relación entre ellos no va a terminar nada bien.

La situación se complica para mal cuando, en un descuido de Fabiola, Teresa se topa con el perro y al ver que está destrozando una muñeca intenta arrojarle una piedra, lo que provoca la inmediata reacción por parte del animal que la ataca mordiéndole el brazo. Teresa es llevada a emergencias, donde luego de suturarle las heridas los médicos les informan a los padres que la articulación ha sido dañada por la mordida, y que puede quedar con secuelas permanentes.

Este ataque, por parte del perro de Chava y Anahí, desencadena una denuncia que finaliza con el secuestro del animal por parte del estado municipal y su posterior brutal ejecución mediante el uso de la corriente eléctrica.

Roy se muestra arrepentido por lo que hizo, en cambio Fabiola parece no experimentar ninguna reacción de empatía por lo sucedido. Es a partir de este punto en donde el daño ya fue hecho y del que no habrá retorno que Animales humanos se transforma en un film del estilo “home invasión”. Chava y Anahí irán en la búsqueda del ojo por ojo y todo terminará en un dantesco espectáculo a pura violencia y sangre como en un matadero de animales.

El film intenta demostrar la tesis de que todos los seres humanos somos proclives a generar actos de maldad extrema hacia otro ser viviente y sintiente, casi como movidos por un instinto ancestral dormido, que por algún detonante aflora exponiendo el lado más oscuro de las personas. También abre un conjunto de preguntas sobre cuál es el valor real de una vida y pone el ojo en los movimientos animalistas y la radicalización de su doctrina. En definitiva, su odio hacia quienes maltratan o dañan animales es tan grande, que los lleva a usar la misma violencia y causar el mismo daño que tanto critican.

Animales humanos es un film duro, con imágenes fuertes, que nos enfrenta a una realidad oculta, esa que no queremos ver pero que sabemos que existe, y nos interpela sobre nuestro accionar extremadamente cruel y malvado, hacia las otras especies, en especial con las destinadas al consumo de carne.

Como aspectos negativos está la caracterización de Fabiola, personaje que interpreta Adriana Louvier, que carece de matices y cambios a lo largo de la historia, manteniendo casi siempre la misma actitud de una mujer fría y soberbia, incluso en los momentos más desesperados. No me gustó el doble final, el cual considero burdo e innecesario. Lo mismo me pasó con cierta justificación valorativa sobre los actos violentos y malvados de Chava y Anahí, en donde se los expone como típicos delincuentes y no como activistas animalistas extremos.

El balance general de Animales humanos es positivo y su valor está puesto en el subtexto y no tanto en las formas. La posibilidad que nos entrega de reflexionar sobre la maldad humana pone al film por arriba de la simple anécdota, lo que hace que tenga una profundidad ética y moral impensada para este tipo de films, en donde el horror es el que vende.

Sin llegar a ser Funny Games de Michael Haneke, el film de Ortega es una buena opción para pensar y reflexionar sobre la crueldad del ser humano y cuáles pueden ser las consecuencias de esos actos, en especial en estos momentos de tanta violencia.

Pueden disfrutar de esta interesante propuesta cinematográfica a través de la plataforma Amazon Prime.

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