Furioza.
4 minutos de lecturaPor Daniel López Pacha.
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Furioza es una película dramática polaca estrenada recientemente en Netflix, dirigida por Cyprian T. Olencki. Con guion de Cyprian T. Olencki y Tomasz Klimala, y producida por Marcin Busko. Con música de Miro Kępiński y fotografía de Klaudiusz Dwulit.
La productora encargada del proyecto fue Hungry Crocodiles. Protagonizada por: Mateusz Banasiuk (Dawid), Weronika Książkiewicz (Dzika), Mateusz Damięcki (Golden), Łukasz Simlat (Jacek), Wojciech Zieliński (Kaszub), Szymon Bobrowski (Mrówka), Janusz Chabior (Polański), Sebastian Stankiewicz (Buła) y Konrad Eleryk (Olo).
Sinopsis: David, un médico, recibe la visita de su exnovia con una propuesta que no podrá rechazar: deberá ser su informante en la organización criminal en la que trabaja su hermano, o este caerá en prisión con una larga condena. La organización es la que le da el nombre a la película, Furioza, y donde David deberá obtener información sobre su participación en el tráfico ilegal de drogas. Si esto se cumple, la policía limpiará el prontuario de su hermano.
El film fue grabado en Polonia, en las ciudades de Varsovia y Gdynia. La grabación comenzó en agosto de 2019 y concluyó en septiembre de ese mismo año. Marcin Busko, quien estuvo en el departamento de arte de The Fate of the Furious, estuvo a cargo de la mayor parte de los decorados del set. Gran parte del film se filmó en el centro histórico de la ciudad de Varsovia, Polonia. El equipo local encontró un estudio que ayudó a la producción, aunque otras imágenes se registraron en la ciudad, incluidas las primeras escenas en el metro y las del club XOXO.
La mayoría de las escenas exteriores fueron filmadas en Tricity (área conocida como Trójmiasto), donde se desarrolló la mayor parte de la historia. Ubicada en el voivodato de Pomerania, Tricity tiene tres ciudades, Gdańsk, Gdynia, Sopot y suburbios. Varias escenas, incluida la secuencia de la cabina, se grabaron localmente. La preproducción necesitó cinco meses para arrancar con la película. El responsable de la coreografía para las escenas de pelea fue Jarek Golec, quien es conocido por crear secuencias con un estilo dancístico.
En una conversación con cultura.onet.pl, el actor Mateusz Damięcki, quien da vida a Golden, habló sobre el compromiso con el que asumió la construcción de su personaje en la película de Cyprian. “Me alegro de que Cyprian me haya dado la oportunidad de explorar la psique de este chico. Él dijo: Tienes el texto y seis meses. Chico, eso no sucede. Y si desperdiciaba esta oportunidad, mi actuación podría haber sido aplastada. Los actores siempre nos quejamos de que una película sale mal porque se hizo con prisa, porque no hubo tiempo. Y luego, de repente, obtienes un gran guion, que podría ser aún mejor, porque sabes que una vez que comiences a discutir lo que tu personaje podría tener en mente con el director, solo le hará bien a la película”, señaló.
Es un film emocionante y aterrador, que reemplaza al frecuente tiroteo por una refrescante pelea y puñaladas, las cuales te van conduciendo por el mundo de las pandillas, los crímenes y el espionaje. Es un relato ideal para aquellos que gustan de las tramas sencillas, pero con la dirección correcta para exaltar las sensaciones al máximo, haciendo de la película una experiencia llena de violencia y adictiva. Los hechos suceden y no podés dejar de verlos. Quizá por sus temas, como la familia, la hermandad y el comportamiento policial frente a estos hechos, el film cuestiona una y otra vez la percepción sobre la moral y lo hace a través de un recurso curioso: la relación entre dos hermanos y la forma en cómo ese vínculo debe sostener una trama densa y cada vez más compleja.
Es una combinación de hilos narrativos que confluyen en sus momentos más inquietantes, siguiendo a David a través de espacios cada vez más impactantes y desconcertantes.
De a poco, el ritmo de la película se va haciendo cada vez más frenético y sus escenas más duras. No disimula el hecho de que su argumento depende, en mayor medida, de lo impactante que resultan sus escenas de pelea y los enfrentamientos a mano desnuda, lo cual construye tensión a través una serie de imágenes totalmente aterradoras, filmadas con un especial cuidado. Se ven los rostros deformados por las palizas, el fuego nocturno que va creciendo para mostrar el paso devastador de las bandas y los espacios claustrofóbicos que muestran las entrañas del crimen. Se va convirtiendo en una mirada detallada sobre lo que se oculta bajo las ciudades y los espacios cerrados y temibles que esconden al mal contemporáneo, la violencia real y lo peor de la naturaleza humana.
El film sorprende por desafiar las expectativas. Con la convicción de que la violencia es un mal humano primitivo, pero también inevitable, el film construye su propio estrato de la realidad. Es esa versión de los horrores callejeros sublimados a algo más complejo lo que la hace poderosa. Probablemente, una rareza en medio de la violencia cinematográfica tan común en la actualidad.
La visión del director no te deja indiferente. Tal vez la mirada sea motivar a través del engañoso foco puesto en la violencia, pero el film encierra mucho más: un abismo psicológico y el amor que permanece bajo el sonido de los huesos que se van quebrantando junto al olor metálico de la sangre.