No Descansarás: Terror de mi corazón

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Melissa Barrera logró su propio lugar en el género con la aparición en la “recuela” de la saga Scream, como (original e irónicamente) se dio a conocer la entrega número 5, y su inesperado desprendimiento; de este modo continúa en el camino del cine de terror. Con preferencia recostada en la presencia de la talentosa actriz, la definición de la historia a la que refieren estas líneas tiene, además, una construcción de relevancia previa por parte de Lori Evans Taylor.

Por Gastón Dufour

Este paso, que se constituye a todas luces en un desafío para Barrera, presenta algunos ligeros problemas en su despliegue argumental; tal vez por la búsqueda de un impacto estético y artístico en pos de un impactante logro en un nuevo capítulo del terror actual. 

De esta manera seguimos a Julie, quien en un momento complejo de su vida decide tomar las riendas (hay que definir de algún modo una decisión que llevaría a cualquiera a dudar) y mudarse a una casa que procurará reformar. Lo que sigue es ver si la ocupación la distraerá de las cuestiones que la abruman.

Lamentablemente (y debo ser justo con la ideóloga del film) no es fácil conseguir jump scares que no sean tan predecibles como los que se ven usualmente. Y este caso no es la excepción. El abordaje elegido empuja a la protagonista a caer una y otra vez en sus propios temores, que alcanzan a cada paso una ampliación en las visiones ocasionales que la rodean cada vez.

Y puede que eso haga, sin querer queriendo, que No Descansarás caiga víctima de sus propias pretensiones, en la intensidad contemporánea del terror deluxe que se propone correr maratones y suele terminar gateando. De verdad, una pena, porque parecía prometer bastante más de lo que finalmente entrega.

Pero en fin, como sabemos y como me gusta recordar, “puede fallar”, tal como decía el nunca bien ponderado Tusam. En última instancia, el acercamiento a la pérdida de la cordura de Julie implica una experiencia que aprieta pero no ahorca. Y ese es su peor pecado. 

Pese a todo lo que describo, que parece una sucesión interminable de palos, No Descansarás puede resultar en una experiencia más o menos entretenida. Los espectadores que gustan del horror en alguna de sus vertientes pueden encontrar algo de lo que desean, eventualmente. Hoy en día, mientras los «especialistas» piden todas obras maestras y otro grupo aplaude cualquier cosa, en medio del caos que es hoy el cine, poder ver este trabajo es suficiente.