Resident Evil: Death Island (dejen a esta franquicia en paz)
2 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Si hay una saga de videojuegos que va a quedar en los huesos de ser tan exprimida por los medios audiovisuales (series y cine), es Resident Evil. La obra creada por Shinji Mikami, irónicamente, parece que mientras más se la estruja, peores resultados da. Veamos qué me pareció este nuevo intento, ahora en formato animación, llamado Resident Evil: Death Island.
Por Jorge Marchisio
La historia se centra tiempo después de los acontecimientos de Racoon City. Nuestros héroes (Jill, los hermanos Redfield y Leon), sospechan de movimientos extraños vinculados a las bioarmas, pero ahora en la isla de Alcatraz, así que se embarcan para ver qué está pasando.
Si vienen siguiendo las películas animadas de RE, verán que no hay nada nuevo bajo el sol. Y si no las vieron, tomen la sinopsis y cambien el lugar donde sucede todo y aplica la misma situación “protagonista de algún videojuego yendo a «X» lugar donde hay un brote zombie, y al final se enfrenta con un monstruo que tiene varias transformaciones”.
Si conocen las creaciones de Capcom, seguro me podrían decir que los videojuegos van de lo mismo. Y sí, la gran mayoría de los Resident Evil tratan de eso. Pero hay una gran diferencia, en el caso de los juegos, tenemos la parte lúdica además de la narrativa, donde la gracia, es que nosotros controlamos a ese protagonista que debe detener que el brote vírico se vuelva masivo; llevando la acción a nuestro ritmo y avanzando cuando nosotros queramos.
Y ahí viene mi gran problema con esta y con todas las adaptaciones de Resident Evil (quito de la ecuación las basuras hechas por Paul W. Anderson, que ni se parecen a la obra original). Y es que quizás esta franquicia sea entretenida en el medio donde fue creada, pero no en adaptaciones. Los libros no aburren, pero de ahí no pasan, y de nuevo, tienden a repetirse.
Pero volviendo a Resident Evil: Death Island, su otro gran problema es la animación per se.
No sé si no había plata, pero por contratos tuvieron que estrenarla, pero la verdad es que se ve bastante fea. Incluso si vemos el remake de Resident Evil 4 para Play5, se ve mucho mejor que esto. Ni hablemos de otras películas animadas que sí vimos en cine este año.
En conclusión y para no extenderme demasiado, porque creo que tampoco lo amerita. Resident Evil: Death Island se nos vendió como el primer cruce entre los cuatro grandes protagonistas de la saga videojueguil. Pero quitando eso, y para el público casual que no tiene la obligación de haber jugado nunca, estamos ante un proyecto que, si no lo ven, no se pierden de nada.