Una muerte silenciosa: Secretos que el viento no calla
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Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Una muerte silenciosa, thriller policial argentino, dirigido por Sebastián Schindel. Con guion de Matías Lucchesi, la fotografía de Guillermo Nieto, la música de Sebastián Escofet, la edición de Rosario Suárez, el maquillaje de María Paula Morón y la peluquería de Ayelen Peralta. Distribuida por Star.
Protagonistas
Joaquín Furriel (Octavio), Soledad Villamil (Bea), Alejandro Awada (Klaus), Patricio Contreras (Menosi), Gonzalo Garrido (Julio), Víctor Laplace (Suárez), María Marull (Ingrid), Ramiro Pintor (Max), Sol Wainer (Sofía).
Sinopsis
En las remotas profundidades de la Patagonia, un guía de caza descubre un crimen estremecedor que involucra a su sobrina. Este hallazgo lo empuja a desenterrar los oscuros secretos de los años más sombríos de Argentina, mientras lucha por encontrar justicia en medio de la convulsa década de 1980.
La honestidad como pilar narrativo
Uno de los aspectos más destacables de Una muerte silenciosa es su honestidad narrativa, una cualidad esencial para cualquier thriller que aspire a cautivar sin recurrir a trucos innecesarios. En lugar de perderse en un laberinto de sospechas inverosímiles, la película dirigida por Sebastián Schindel y escrita por Matías Lucchesi, se apoya en una trama clara y bien construida. Desde el inicio, la historia ofrece al espectador la información necesaria para comenzar a delinear posibles resoluciones, al tiempo que mantiene un aura de misterio que desafía las primeras impresiones.
Este equilibrio entre claridad y ambigüedad es uno de los logros más notables del film. La narrativa no solo invita a formular teorías, sino que también alienta la duda constante, un recurso que mantiene al público en vilo hasta el último minuto. Cada giro en la trama está cuidadosamente diseñado para sorprender sin caer en lo arbitrario, demostrando una maestría en la construcción del suspenso.

Sin embargo, hay pequeños aspectos que podrían haberse desarrollado más a fondo. Algunas subtramas aparecen apenas esbozadas, dejando al espectador con la sensación de que ciertos hilos narrativos tenían más potencial. A pesar de ello, estas carencias no afectan de manera significativa la solidez del relato principal ni la eficacia de sus momentos más impactantes.
Un elenco que brilla en un entorno hostil
El reparto de Una muerte silenciosa está compuesto por actores que se adaptan perfectamente a las exigencias de sus personajes. Joaquín Furriel, aporta una intensidad contenida que se alinea con las complejidades emocionales de su personaje. Lo acompañan figuras de la talla de Soledad Villamil y Víctor Laplace, quienes enriquecen la narrativa con interpretaciones matizadas y profundas.
Mención especial merecen Alejandro Awada y Patricio Contreras, dos colosos de la actuación argentina que vuelven a brillar en la gran pantalla. Su presencia no solo eleva la calidad interpretativa del film, sino que también aporta un nivel de autenticidad que se siente en cada escena. Juntos, el elenco logra una química que complementa perfectamente la atmósfera de tensión constante que domina la película.

El entorno juega también un rol fundamental en el desarrollo de la historia. La región patagónica, capturada con maestría por la fotografía de Guillermo Nieto, se convierte en un personaje más. Sus paisajes desolados y su frío implacable potencian la sensación de aislamiento y desamparo, reflejando el estado emocional de los personajes y contribuyendo a una experiencia inmersiva para el espectador.
La fórmula del género policial
El guion de Matías Lucchesi apuesta por una estructura clásica del género policial, distribuir las sospechas entre varios personajes y dejar al espectador la tarea de unir las piezas del rompecabezas. Aunque esta fórmula es ampliamente conocida, su efectividad en este caso radica en la habilidad con que está ejecutada. Cada nuevo indicio genera más preguntas que respuestas, manteniendo un ritmo frenético que no da lugar al aburrimiento.
Los giros narrativos son constantes, pero nunca gratuitos. Cada revelación está respaldada por una lógica interna que respeta la inteligencia del espectador. Esta consistencia permite que la película mantenga una sensación de peligro latente y hostilidad creciente, elementos esenciales para un thriller efectivo.

En el corazón de la historia, Una muerte silenciosa que da título al film adquieren un peso simbólico. No se trata solo de la víctima evidente, sino también de las pequeñas traiciones y secretos que desgarran a los personajes desde dentro. Cada acción tiene consecuencias, y estas se extienden en un efecto dominó que culmina en un desenlace tan inevitable como impactante.
Conclusión
Una muerte silenciosa es una película que, sin reinventar el género policial, demuestra una ejecución precisa y una narrativa honesta. Su elenco destacado, su dirección visual impecable y su capacidad para mantener la tensión de principio a fin la convierten en una experiencia cinematográfica memorable. Con un equilibrio entre intriga, emoción y reflexión, el film se erige como un testimonio de la fortaleza del cine argentino en el género del thriller.
Disponible: En cines