Revista de Cine – Revista Sincericidio

Revista de cine, y entretenimiento. – Noticias de cine, entrevistas del mundo del cine y VOD, festivales de Cine, estrenos.

Adolescencia: La peor de las pesadillas

5 minutos de lectura
Adolescencia

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Adolescencia (2025), la miniserie de cuatro episodios recientemente estrenada en Netflix no es una simple producción criminal. Su impacto no radica en el suspenso, los giros de guion o la adrenalina de un thriller convencional. Aquí no hay trucos narrativos ni sorpresas diseñadas para atrapar al espectador. Lo que ofrece es algo mucho más demoledor: una verdad cruda, sin concesiones, y un dolor que se instala en el pecho, imposible de digerir.

Por  César Arturo Humberto Heil

La historia de Adolescencia es simple en su premisa, pero devastadora en su ejecución. Un hecho violento sacude la vida de una familia de clase trabajadora, y lo que sigue no es la búsqueda de justicia, sino la lenta y dolorosa descomposición de sus integrantes. No se trata de descubrir qué pasó, sino de explorar cómo se lidia con lo impensable. Desde el primer minuto, la serie sumerge al espectador en una atmósfera opresiva, donde cada silencio pesa y cada mirada dice más que cualquier diálogo.

Uno de los aspectos más llamativos es la ausencia de la familia de la víctima en la narrativa. Un enfoque arriesgado, pero efectivo, cuyo propósito se revela hacia el final. Aquí no se trata de juzgar, sino de comprender—o al menos intentarlo—cómo se sobrevive cuando el monstruo no es un extraño, sino tu propio hijo.

Un ejercicio de inmersión absoluta

La serie logra una conexión brutal con el espectador gracias a la perfecta combinación de tres factores clave.

El primero es su arriesgada propuesta visual: cada capítulo es un plano secuencia impecable. No hay cortes, y el espectador no tiene escapatoria, quedando inmerso en cada situación que viven los personajes. La cámara los sigue como un testigo invisible, atrapándolos en su espiral de dolor y confusión.

El segundo pilar es su guion sin fisuras. No hay concesiones al dramatismo fácil ni casualidades forzadas. Todo está construido con una veracidad desarmante, que nos obliga a enfrentarnos a la historia sin muletas emocionales. Los guionistas Stephen Graham y Jack Thorne ponen el foco en lo que atraviesan todos los personajes involucrados, haciendo que la experiencia del espectador sea aún más inmersiva.

El tercer factor, y quizá el más impactante, es el nivel interpretativo del elenco, con un Stephen Graham sencillamente colosal. Pero de eso hablaré más adelante.

Adolescencia

El plano secuencia como arma emocional

El director Philip Barantini, conocido por Acusado (2023) y El chef (2021), lleva su obsesión por el plano secuencia a otro nivel en Adolescencia. Su elección no es solo un alarde técnico, sino un golpe maestro para sumergirnos en la tragedia sin darnos respiro. La cámara se convierte en un testigo incómodo, flotando entre los personajes, demasiado cerca en ese espacio donde todo duele, sin permitirnos apartar la mirada.

La ausencia de edición convencional hace que todo suceda en tiempo real, sin pausas ni transiciones que suavicen el impacto emocional. Barantini nos condena a vivir cada segundo del derrumbe familiar, a sentir la desesperación de unos padres atrapados en su peor pesadilla. No hay alivio, solo una espiral descendente que nos arrastra sin piedad.

Un elenco que lleva el peso de la tragedia

Las interpretaciones en Adolescencia son de una intensidad brutal. No hay histrionismo ni dramatismo exagerado, solo un realismo que golpea con fuerza. Desde los actores principales hasta los secundarios, todos refuerzan el tono casi documental de la miniserie.

Adolescencia

Si hay un actor capaz de llevar todo el peso emocional sobre sus hombros, ese es Stephen Graham en su papel de Eddie Miller. Su interpretación es un ejercicio de contención y tormento interno. No necesita grandes discursos ni explosiones emocionales; su sola presencia transmite la angustia de un hombre que se desmorona desde adentro. Con su mirada vacía, su postura encorvada y su respiración entrecortada, Graham nos muestra un dolor tan real que se vuelve insoportable. Su actuación en Adolescencia es, sin duda, una de las mejores de su carrera.

Christine Tremarco también brilla en su papel de Manda Miller, a pesar de su tiempo limitado en pantalla. Su interacción con Graham es conmovedora. Owen Cooper destaca en su interpretación de Jamie Miller, especialmente en el episodio 3, donde se enfrenta a la psicóloga Erin Doherty (Briony Ariston) y deja al descubierto su personalidad manipuladora y violenta. Un talento emergente con un futuro prometedor. Más impresionante aun cuando se descubre que Adolescencia es su primer trabajo profesional.

Ashley Walters y Faye Marsay, como los detectives Luke Bascombe y Misha Frank, también están a la altura del proyecto. La interpretación de Amelie Pease como Lisa Miller es la menos destacada, debido a su limitado tiempo en pantalla y la menor relevancia de su personaje en la trama.

Adolescencia

El peligro de las redes sociales en los adolescentes

Uno de los puntos centrales de la historia es la influencia de las redes sociales, especialmente Instagram. La miniserie abre una discusión sobre los códigos digitales y su impacto en la conducta adolescente. Expone cómo los adultos muchas veces desconocen lo que realmente ocurre en el mundo virtual de sus hijos y cómo esto puede influir negativamente en su comportamiento.

Colegios bajo la lupa

Adolescencia no escatima en mostrar las problemáticas escolares de acoso y violencia. El capítulo 2 retrata cómo los adolescentes canalizan su violencia a través de la burla, la ira contenida y la agresión física. La serie también expone la pasividad del sistema educativo, mostrando a profesores desbordados ante alumnos indisciplinados que imponen sus propias reglas.

Culpa y redención

A medida que avanza la historia, la culpa destruye a los Miller, especialmente a Eddie y Manda, quienes se preguntan si hicieron lo suficiente por Jamie. La redención llega cuando Jamie anuncia su intención de declararse culpable, marcando un punto de no retorno para la familia.

Conclusión

Adolescencia no es una serie fácil de ver. No busca entretener, sino sacudir al espectador con una crudeza brutal. Philip Barantini la dirige con una intensidad devastadora, Stephen Graham ofrece una interpretación magistral y el resultado es una obra maestra del realismo. Pero, sobre todo, Adolescencia es un retrato doloroso de lo que significa ser padres cuando la vida te enfrenta a la peor de las pesadillas.

Puede que te hayas perdido