División Palermo, segunda temporada

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Si hubo una serie nacional de hace un par de años que nos hizo reír a algunos, y ofendió a otros, fue División Palermo. Y es que, en una sociedad actual en extremo políticamente correcta, es obvio que incluir minorías para hacer gags, iba a lograr que muchos se rasguen las vestiduras. Pero para aquellos que supimos entender el mensaje, se nos regaló una segunda temporada. Veamos cómo continuó la historia de Felipe.

Por Jorge Marchisio

Retomamos la vida de Felipe (Santiago Korovsky), quien intenta seguir su relación con Sofía, mientras es contactado por los Servicios de Inteligencia. Así es como se ve metido en otro caso que lo supera ampliamente, pero es gracias a inoperancia/persistencia/suerte y a sus compañeros de la División, que va a intentar salir adelante.

Como dije, esta serie en realidad no se ríe de las minorías, sino de la sociedad hipócrita que las usa para quedar bien o sentirse moralmente superior; importándoles más bien poco la gente a la que usan o defienden. Y en ese sentido la segunda temporada de División Palermo, sigue manteniendo estos cachetazos a la realidad.

Y esta vez, se indaga más en la política, teniendo al candidato y a la Jefa de Seguridad de Buenos Aires presentes a lo largo de la temporada, peleándose en público y en más de una ocasión, diciendo lo que de verdad piensan, por fuera de esa imagen de santos de las masas que todo político quiere dar. Y las comparaciones de quien es quien, saltan a la vista.

Aparte de la inclusión de los políticos, también tenemos algunos personajes nuevos, como el de Pablo. Quizás a él lo vieron en varios clips donde estigmatiza a un inmigrante de color, y la verdad, es que todas sus intervenciones son similares; volviéndolo quizás, en uno de los más divertidos de esta segunda temporada.

Pero, así como pasó con las dos películas de la saga “… Jump Street”, esta secuela se siente un reciclado de la primera entrega. La misión es básicamente la misma, con gente infiltrada en el otro bando, un protagonista despistado que sin querer está resolviendo el caso, y una batalla final a los tiros entre gente preparada e improvisados de buen corazón.

Entonces, recapitulando, la segunda temporada de División Palermo si es buena, pero no deja de ser un copy/past de lo visto anteriormente. Al parecer es el final, pero queda por saber cómo le fue en números para ver si Netflix rompe el chanchito y obliga a una tercera iteración, o hasta acá llegó el chiste.

Disponible: Netflix