Ciudad de Dios: La lucha no para
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Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Si hay una película que debería ser obligación de ser enseñada en todas las carreras de cine latinoamericanas (y den las escuelas también), es Ciudad de Dios. El film de Fernando Meirelles es de lo mejor que dio esta parte del mundo a la hora de mostrar una crudeza tan realista, que da miedo saber que todo eso pasó de hecho. Más de veinte años después, nos llega su continuación, en formato serie, para MAX.
Por Jorge Marchisio
Seguimos con Cohete de protagonista, quien ya es padre separado, y sigue trabajando como fotógrafo en el periódico más famoso de Rio de Janeiro. Después de que liberaran al criminal conocido como Bradock, este empieza una guerra contra su propio tío. Esta guerra va a sumir a Ciudad de Dios de nuevo en una lucha, con la gente trabajadora en el medio.
La verdad que no tenía ni idea que una serie secuela de Ciudad de Dios estaba en producción. Y que, para colmo, los mismos actores repetían sus papeles (bueno, los que no fallecieron en la vida real, o su rol sigue vivo). Teniendo de nuevo a Cohete en el centro del foco. El más bien cumple la función de espectador de la violencia cíclica que sufren las favelas brasileras.
Pero si alguien piensa que esto es un calco a la película del 2002 pero serializada, no, no están en lo cierto. Primero porque se establecen nuevas prioridades, como, por ejemplo, que ahora los personajes ya son grandes, con familias y, por ende, preocupaciones distintas. Y, además, se mete el factor política; con los tiras y afloja de esos señores trajeados que usan a la gente y su pobreza para llenarse los bolsillos aún más.
Otra cosa que se mantiene es ese estilo urbano a la hora de narrar con la cámara. Los pasillos, chabolas y el calor constante de la zona son otro personaje más. No solo para retratar el estado actual de la favela, sino que también se usa en los constantes tiroteos que se presentan a lo largo de los ocho episodios de casi una hora que tiene Ciudad de Dios: La lucha no para. Pero ahora toca hablar un poco de lo malo.

Y es que la duración se me hizo excesiva. En resumen, dos facciones de la misma familia están en guerra, con una de ellas respaldada por los intereses políticos del momento, y eso es todo; no hay mucho más. Si a eso le sumamos que el primer capítulo es íntegramente una introducción para contarnos que fue de la vida de los personajes que sobrevivieron a los eventos de Ciudad de Dios. Entiendo si hay gente que la abandona antes del tercer episodio.
En conclusión, Ciudad de Dios: La lucha no para es una buena serie. Ya sea si vieron la película de la que se desprende, o si se quieren adentrar en los bajos fondos brasileros.
Disponible: HBO Max