The Studio
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Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Hoy vamos a hablar de una serie que fue extraña en su desarrollo, porque empezó con todo, y se fue desinflando a medida que salían los capítulos, hasta un final que se presta para el meme “y… y ya?”. En fin, veamos de que trata la serie protagonizada por Seth Rogen y sus amigos, llamada The Studio.
Por Jorge Marchisio
La serie se centra en Matt Remick y su equipo de trabajo, quienes acaban de subir a lo más alto dentro del equipo de producción de Continental, una prestigiosa productora de cine. A lo largo de diez episodios, veremos cómo tienen que lidiar con los caprichos de los actores, directores, tendencias de la industria/espectadores y su propia imbecilidad.
Si piensan que esta serie tiene el típico humor de Seth Rogen, es decir, adultos comportándose como adolescentes, chistes de pedos, chistes de droga y caídas de nuestro protagonista. Pero también tiene algo que la hace destacar, y son una cantidad absurda de cameos y referencias a la propia industria del cine.
Cameos y nada más
La industria demuestra cuánto quieren o respetan a Rogen, ya que en todos los capítulos aparece alguna celebridad famosa invitada (por lo general interpretándose a sí misma), o se menciona a muchas otras. Sabemos que esto último parece una tontería, pero con las demandas a la orden del día, sorprenden que usen tantos nombres reales con bastante liviandad.
Pero acá creo que comienzan los problemas de la serie. Y es que, si quitamos los cameos, medio que nada se sostiene, terminando por pura expectativa de a qué celebridad consiguieron para el nuevo capítulo, que lo que pasa en el mismo. Y si bien tenemos un hilo narrativo que abarca toda la temporada; el mismo no es lo suficientemente fuerte como para ser el verdadero peso de la serie.
Esto hace que tengamos la sensación de que no hay una trama fija, y que solo vemos al grupo de productores comportarse como idiotas, mientras esperamos el cameo de la semana. Demasiado poco para lo que ofrecen otras series hoy en día.

A favor, es que The Studio dura bastante poco, tanto por sus escasos diez capítulos, y porque los mismos apenas promedian la media hora de duración, hace que todo sea más llevadero. Muchas veces digo que algunas series es mejor verlas semanalmente, bueno, The Studio no, hubiera sido mejor que la suelten toda de un tirón para maratonearla un fin de semana.
The Studio termina siendo una comedia decente, pero que desperdicia un potencial enorme sólo por quedarse en lo banal de este mundo. Por no arriesgarse a salir de su zona de confort, Rogen no indaga a fondo en cómo es que se producen las películas hoy en día, algo que hubiera sido genial de ver, y que seguimos esperando.
Disponible: Apple TV+