Matrix: Resurrecciones.
2 minutos de lecturaPor Jorge Marchisio.
Seamos sinceros, si hay una película que todos aman su primera parte, y fingimos que las secuelas no existen, esa es Matrix. Por eso cuando anunciaron una cuarta parte, muchos pensamos “no puede ser peor que las anteriores”, mientras al mismo tiempo pensamos que una nueva iteración era innecesaria, por más que una de sus directoras y parte del elenco original se encontraran en el proyecto. Veamos qué tal resultó ser Matrix: Resurrecciones.
La trama sigue a Thomas Anderson, un desarrollador de videojuegos que está siendo presionado por su jefe para sacar la cuarta parte de Matrix. Todo esto le provoca ataques de pánico, por lo cual recurre a un terapeuta, con el que también habla sobre su amor a primera vista por una señora que asiste a la misma cafetería que él.
Antes de continuar, tenemos que aclarar que estamos ante una secuela, nada de remake o reboot; ya que los acontecimientos vistos en la trilogía son canon. Y al explicar esto y porque algunos personajes que dábamos por muertos están presentes, es donde mejor funciona Matrix: Resurrecciones.
Toda la primera parte, donde vemos la nueva realidad de Anderson/Neo es donde sentimos que estamos ante lo mejor de la saga; cuando sus personajes se replanteaban el mundo donde vivían, dudando qué es real y qué no. Ojalá toda la película hubiera sido así.
Y esto lo decimos porque en la segunda mitad, tenemos lo peor de Matrix; cuando todo se vuelve un festival de explosiones. Por desgracia esto también es una marca de la casa, y tenemos demasiadas partes de acción pura y dura, que al no proponer nada nuevo a nivel estético o tecnológico (pese a que en el propio film lo dicen), termina pareciéndose a cualquier otra cinta de tiros que podemos ver semana a semana en las salas.
En cuanto a las nuevas adquisiciones, quien se lleva todas las palmas es Jessica Hedwick. Pasó bastante tiempo desde que la conocimos en Juego de Tronos, y la chica a base de carisma y talento se fue metiendo en proyectos cada vez más importantes, siempre destacándose como lo mejorcito de sus elencos. Y este caso no es la excepción, ya que da una buena performance tanto a la hora de las secuencias de acción, como cuando solo tiene que actuar y dar un personaje creíble. Lastima que, del resto de adquisiciones, no podamos decir lo mismo, siendo el pobre Neil Patrick Harris quien peor va a quedar frente a los espectadores; todo debido a un personaje bastante olvidable.
En conclusión, Matrix: Resurrecciones ni de cerca es el desastre que se vaticinaba, pero tampoco está cerca de ser una gran película. Creo que el mote de innecesaria es el que mejor le calza, y lo peor que se le puede decir a un proyecto de este calibre…