Argentina 1985: el momento del “Nunca más”
5 minutos de lecturaPor Mario Luzuriaga y César Arturo Humberto Heil.
Bienvenidos a una nueva nota de Revista Sincericidio: Revista de cine de Argentina y Latinoamérica, donde incluimos reviews, estrenos, eventos y entrevistas del mundo del cine y el VOD.
La reseña de Mario
Para los lectores que no son de Argentina, les contamos que durante los años 1976 a 1983, se vivió una brutal dictadura militar que eliminó de manera sistemática a quienes pensaban diferente a su bajada de línea. El resultado: 30 mil desaparecidos, asesinatos, violaciones y robo de bebés; dejando así una profunda herida que aún no cicatriza. Es por esto que el director Santiago Mitre, quiso contar la historia de los hombres que pusieron tras las rejas, a estos genocidas.
Dos años después de la llegada de la democracia en Argentina, el gobierno de Raúl Alfonsín encomienda al fiscal Julio Strassera (Ricardo Darín) a llevar a cabo el juicio contra los comandantes de las Fuerzas Armadas, a través de la Justicia Civil. El letrado ve que será un problema llevar a cabo el proceso, pero con la asistencia de su adjunto, el joven abogado Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani) y un equipo de jóvenes profesionales, serán los que recolectarán las pruebas para poner tras las rejas a estos criminales.
Costó sangre, sudor y lágrimas recuperar la democracia en la Argentina, que, al día de hoy, parece ser el paraíso de unos cuántos pillos y especuladores, que implementan sus planes económicos o fugan el dinero, con el fin de enriquecerse y desproteger a los que trabajan todos los días.
En ese entonces, los militares, aunque debilitados, seguían teniendo poder intimidatorio, no les sirvió de nada cuando un grupo de abogados se enfrentó ante ellos, logrando curar una herida muy profunda que causaron estos miserables, que sólo vinieron a enriquecerse y hacerle daño al pueblo argentino.
Mitre hizo una muy buena tarea de investigación a la hora de realizar esta película tan conmovedora, y pudo reflejar la contundencia de los testimonios de las víctimas de estos despreciables que torturaban y asesinaban por placer.
Es una película fuerte en testimonios, no así en acción, ya que se centra más en la labor investigativa que tuvieron los letrados; pero así también se puede ver sus historias personales que son por demás de interesante.
Ovacionada en los festivales más prestigiosos del mundo, “Argentina 1985” llega en un momento clave en el país, en donde el discurso del odio casi hizo tambalear esta democracia que tanto luchamos por mantener, y es un documento necesario para que vean y reflexionen.
Calificación: Muy buena.
Argentina, 1985. Ni fría ni caliente
La reseña de Cesar
Después de ver el filme Argentina, 1985 este crítico está en condiciones de decir que la película encaja justo en las principales competencias internacionales y en especial para ser una gran candidata en los premios Oscar a la mejor película extranjera, y la verdad lo digo con sobradas razones. Es que el filme dirigido por el talentoso Santiago Mitre y protagonizado por Ricardo Darín y Peter Lanzani es una producción pensada en ese sentido y tiene todos los condimentos necesarios para subirse al podio de algún festival del mundo y alzarse con el máximo galardón.
Abordar el juicio a las juntas militares realizado en 1985 en nuestro país es una idea que resulta de gran interés, no solo para el público local, en especial para aquellos que no asistieron a ese hito único y trascendental que resultó el cierre perfecto para una época oscura de nuestro pasado reciente, sino también para los extranjeros que ven ese momento de nuestra historia argentina casi como un suceso exótico y llamativo.
Lo cierto es que el guion, escrito por Mariano Llinas y Santiago Mitre es muy inteligente a la hora de abordar el tema. Está claro que ambos entienden que había altas posibilidades de caer en el estereotipo, en el panfleto o en una retórica sesgada ideológicamente y en eso hicieron foco cuando iniciaron este proyecto, porque la película está pensada para un público bien heterogéneo, en donde puedan cohabitar cualquier ideología político-partidaria sin que nadie salga molesto o disconforme con el discurso. Esta displicencia en la postura sea quizá el punto más flojo, ya que nunca intenta tomar partido y todo está contado de la manera más amena y sencilla posible.
Argentina, 1985 es un filme metódico y prolijo, sin bajadas de línea y sin golpes bajos, en donde la mesura es uno de su principales atributos y en donde la incorporación de sutiles momentos de humor se amalgama perfectamente con el resto de los pasajes más truculentos como son los relatos de las víctimas que sufrieron la privación ilegítima de la libertad y las torturas por parte de la dictadura militar, lo que termina por cerrar un producto algo liviano y edulcorado y por momentos poco serio en lo que a rigor histórico se refiere.
Las actuaciones de Ricardo Darín como el fiscal Julio Cesar Strassera y de Peter Lanzani como el fiscal adjunto Luis Moreno Ocampo, son el plato más fuerte. Ambos están perfectos en sus roles y demuestran una vez más que están en lo mejor de su carrera, en especial Lanzani que tiene unos cuantos años menos que Darín y que en los últimos años ha crecido notablemente.
Perfecta en el desarrollo de su idea central, la de quedar bien tanto con Dios como con el Diablo, Argentina, 1985 es una película que nos retrotrae a una época de nuestro país de una forma idealizada y simplista, sin provocaciones que motiven alguna interpelación por parte del espectador sobre la verdad de lo que sucedió durante ese juicio histórico. Su mayor mérito está en que entretiene sin generarle mal rollo a nadie, eso sí, a veces hay que jugársela un poco más y escuchar las palabras de Jesús cuando dijo: “Porque no eres ni frío ni caliente te expulsaré de mi boca”